Cine como realidad virtual


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sábado, 21 de marzo de 2009

Gran Torino, del gran Clint Eastwood.


Ayer me deleité viendo "Gran Torino", del gran Clint Eastwood.
Una película sencilla que comienza recordándonos al entrañable "sargento de hierro", aquel tipo duro y malhablado que de un solo golpe derribó al gran "sueco". El anciano cascarrabias, sin embargo, evolucionará como persona a lo largo del film, hasta irse convirtiendo en un personaje "sensiblero" y más humano.
Eastwood realiza un "desconocido" retrato costumbrista de un barrio marginal, cuyos habitantes originarios fueron abandonándolo al tiempo que era ocupado por inmigrantes asiáticos. Digo "retrato desconocido" porque Hollywood nos tiene más habituados a ver sucias callejuelas de barrios negros o glamourosos y ricos barrios de Beverly Hills.
Y allí, entre los miembros de la etnia "mong" (no sé si se escribe así) resistirá Eastwood con el viejo Garand que heredó de la guerra de Corea.
¡Geniales las apariciones estelares con el viejo fusil de un viejo pasado que le perseguía y atormentaba!
No me gustó el final, demasiado "beato" para mi gusto, con sacrificio personal incluído y herencia de su patrimonio para la Sta Madre Iglesia.
Y, sin embargo, su mayor pecado o error, como se quiera interpretar, no lo confesó ante el "pater" que tenía como misión salvar su alma, sino a su joven amigo asiático.