Gracias a los bambinos, y a su insistencia, este fin de semana fui al cine para ver
"Enredados". ¡Pedazo peliculón!
La verdad es que el listón de la animación, después de la magnífica
Toy Story 3, estaba muy alto. "Enredados", sin embargo, consigue saltarlo airosamente, con gracia y elegancia tradicionales, pero también con una pizca de transgresión irreverente; la justa para agradar a los paterfamilias y, al tiempo, no escandalizar a la chiquillería.
O me estoy haciendo viejuno a pasos agigantados, ñoño y simplón, o la animación, hoy por hoy, es una de las mejores y más seguras apuestas para ver
buen cine. Un buen guión, acción trepidante, excelente animación y grandes dosis de fino humor, ¿qué más se puede pedir para pasar una divertida tarde en compañía de los peques?
Para compesar el gasto de los 24 euracos, palomitas y chuches aparte, que costó disfrutar de la última creación de Disney, tuve que bajarme, vía internet, "Balada triste de trompeta". Con todo no se puede.
¡Menos mal que no pagué un euro por ver semejante truñón!
Lo primero que llama la atención, para todo buen apañó que se precie de serlo, es la cantidad de ayudas y subvenciones que recibió la película: fondos ICO, Generalitat valenciana, TVE, Canal Plus...
¿Y para qué?
Pues para que Álex de la Iglesia, l´enfant terrible del cine apañó que nos deleitara con "Acción mutante" y se ganara los galones con "El Día de la Bestia", pudiese hacer una película tan pretenciosa como truñera.
Pretenciosa y fallida, esos serían los calificativos que utilizaría para definir "Balada triste de trompeta".
El comienzo de la peli promete, y se despacha con varias escenas brillantes y a la altura del otrora genial Iglesias: un payaso rebotao enfrentándose a un capitán miliciano y una cutre-carga que realizan los frentepopulistas, encabezada por el payaso tonto (Santiago segura), repartiendo golpes de machete a diestro y siniestro.
Un dato positivo: Iglesias evita caer en el tan socorrido sectarismo político, al que tan acostumbrados nos tiene nuestra izquierda sectaria. De hecho, incluso hace aparecer al Caudillo, por supuesto irónicamente, como una persona de probada moralidad, defendiendo a un pobre y humillado Carlos Areces de las hijoputeces del vengativo coronel "Sancho Gracia".
Areces, el pobre, no da pa más, y se limita a ser él mismo; el sempiterno friki de "La Hora Chanante" o "Museo Coconut", lo cual le basta para bordar un papel interpretativo hecho a su medida. A la medida de sus limitaciones, quiero decir.
La película, por momentos, resulta absurda, de un surrealismo tan gratuito y fuera de lugar, que nos obliga a preguntarnos: ¿pero qué pretende Iglesias?
Sí, hay mucho de la decadencia de "Acción Mutante". También está presente el friquismo de "El día de la bestia", pero a la película le falta algo más que un hervor para resultar atractiva y entretenida (hay momentos en que llega a aburrir).
Lo sé, sé que Álex pretendió algo grande (lo intuyo) Quizás buscara su obra culmen, una suma de todas sus decadencias y frikismos anteriores, pero me temo que fracasó estrepitosamente en el intento.
Los actores: casi los mismitos que los de la serie-cutre "Plutón BRB NERO", desde el mismo Carlos Areces, pasando por la jugosona Carolina Bang, el estrábico Enrique Villén y el greñoso Manuel Tallafé. También están presentes Gracia Olayo y Fernando Guillem.
Rápidamente relacioné a los mismos actores con otra peli cutre del cine apañó:
Los managers, bajo la dirección de Fernando Guillem y también con Tallafé, Villén y el ínclito Perea (soldado nacional en "Balada triste de trompeta").
Los mismos coleguitas que se reunen una y otra vez, disfrutando de las sucosas subvenciones de papá Estado, para hacer ese pseudocine cutre al que tan acostumbrados nos tienen.
Lo más lamentable, pero, es que he de reconocer que "Los Managers", siendo otro gran truño patrio, me gustó más que "Balada Triste de Trompeta". Al menos me eché unas risas, algo que no pude lograr visionando el depresivo-cutre-friki bodrio de Álex de la Iglesia.
¿Y por qué me tragué enterita "Balada Triste de trompeta?
Pues porque estuve esperando hasta el final, cual gañán, para ver si el rácano de Iglesias nos regalaba con algunos planos lascivillos de la jugosona Carolina Bang. ¿Por qué, si no? :)
Pd: atención a la escena erótica en la que el payaso maltratador le da lo suyo a Carolina Bang por la retaguardia, mientras los generosos pechos de la chica se aplastan voluptuosos contra la luna de un restaurante (ñam, ñam)
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