Cine como realidad virtual


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jueves, 28 de enero de 2010

Mel Gibson, porque él lo vale.


Genial y sublime, polémico y convencido conservador, comme il faut. Así es el díscolo Gibson que confiesa dormir por las noches junto a su arma, porque los seguratas privados son un inconveniente (él mismo reconoce).
Infinitamente mejor director que actor, excelente creador de sentimientos y emociones y osado revelador, para desconsuelo e ira de progretontos, de grandes verdades.
¡Cómo escoció "El patriota" entre los progretontos de las Españas! A ellos, siempre dispuestos a discutir y relativizar el concepto sacro universal de nación.
¡Y qué pedagogía más impecable la exhibida en Apocalypto!, nada más y nada menos que la explicación darwinista y "hobbesiana" de la desaparición de una civilización.
Jajajaja, "no quiero que mi pueblo viva con miedo", le dijo el anciano cacique a su hijo para justificar la mentira de ocultar la existencia de una amenaza externa: unos foráneos, asentados lejos de las espesas selvas, que se dedicaban a arrasar pequeños poblados y esclavizar a sus gentes.
Y no, no vivieron con miedo, al menos hasta que fueron masacrados y sus cabezas cercenadas en un altar, para mayor gloria de dioses no tan talanteros ni pacíficos como su progreecologismo indígena.
El declive y decadencia de una civilización siempre comienza desde dentro, por la desidia y falta de compromiso de sus ciudadanos para defenderla y preservarla y, sobre todo, cuando cae en manos de progretontos talanteros que prefieren vivir sin miedo, alegres e inconscientes, ya sea proponiendo peregrinas alianzas entre civilizaciones o huyendo de las guerras como ratas de alcantarilla.
Y es que un progretonto puede creer en cualquier sueño esquizofrénico y utópico por inverosímil que sea; puede creer que el Islam se integrará en la civilización occidental, que un terrorista se convierta de la noche a la mañana en "hombre de paz" (Otegi), e incluso puede creer que existan alienígenas, pero, eso sí, nunca jamás creerá en Dios, que eso es cosa de fachosos malosos.
¡Hay que joderse!
¡Qué grande Gibson, y qué pequeños nosotros, en estas dolorosas Españas, sin más alternativa que sufrir el cine propagandístico y talantero de los "cejeros"!
Quieren que vivamos sin miedo, al menos sin miedo al moro invasor, pero bien se encargan de manterner vivo el temor al facha malvado, ora a través de leyes revanchistas, ora mediante películas guerracivilistas.

3 comentarios:

Gerard dijo...

Apocalypto, me impactó, Braveheart y La Pasión de Cristo me gustaron. Gracias por la recomendación de El Patriota, no la he visto. Me cae bien Gibson. Saludos

Borjas el 1 dijo...

Las he visto todas las del Australiano este. (es australiano, ¿verdad?). Las de la vida posterior a la gran explosión nuclear y sus consecuencias variopintas.

La del libertador escocés es una delicia, algunas son de tener que comer.

Apañó, chico eres una máquina hacedores de "entradas", se vé que sabes sacar el tiempo quitándoselo al sueño, a la familia, al trabajo y a las "enredadoras nocturnas" perfumadas ellas.

Te felicíto, sigue deleitándonos con tus historias cual abuelo cebolleta, positivamente hablando claro,

Oscar dijo...

"El declive y decadencia de una civilización siempre comienza desde dentro, por la desidia y falta de compromiso de sus ciudadanos para defenderla y preservarla."

Sin duda, yo creo que la mayoria de ellos quiere verla en ruinas.

Por que nadie defiende algo en lo que no cree.