Cine como realidad virtual


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miércoles, 18 de agosto de 2010

Las pelis de las vacaciones (Centurión, Chuka y otras)




Este mes de agosto me estoy "jinchando" de ver películas, pero de calidades tan dispares que me están dejando regustillos enfrentados y harto diferentes en mi cinéfilo paladar.
Las películas de ahora, salvo "Toy Story 3", me están resultando bastante truñeras, vacías, con dificultades para lograr que el espectador empatice con los personajes.
Vamos con ellas:

Centurión: la última apuesta europea por la épica.
¿Qué puedo comentar sobre esta película?
Sí, está entretenidilla, no está mal del todo, pero le falta algo más que un hervor para poderse codear con clásicos como Espartaco o la más actual Gladiator.
Sin embargo, no es peor que la truñera Robin Hood (el último pecado cinematográfico de Scott) y está mucho mejor conseguida que su predecesora "la última legión" (por lo visto los anglosajones siguen obsesionados todavía con la legendaria novena legión)
Centurión también supera con creces al truñaco que fue "Druidas", proyecto fallido protagonizado por un Christopher Lambert en horas más que bajas. De hecho, las escenas bélicas son técnicamente más que aceptables (atención a la clásica emboscada en el sendero de un bosque, ya ensayada en "el último mohicano" y "el patriota") pero no emocionan, sobre todo porque, como ya he señalado, los personajes no llegan a seducir ni a conectar empáticamente con el espectador.
La exhuberante Olga Kurylenko (chica Bond) está, en mi opinión, desaprovechada. Vale que en las gélidas tierras del norte de Britania hiciese un frió "do carallo" y su personaje de guerrera debiera aparecer embutida en pieles, pero tampoco hubiese costado tanto mostrar un poco más sus encantos femeninos mediante alguna artimaña de guión. Digo yo.




Zombis Nazis: ¿qué más se podía pedir para tener el éxito garantizado? Todo en uno: los malosos nazis de toda la vida y los socorridos zombis que siempre nos entretienen y provocan alguna carcajada para matar el aburrimiento.
Eso, al menos, es lo que le argumenté a mi mujer para convercerla de ver la peli.
- Venga va, le dije, la vemos mientras cenamos y nos reímos un poco (las pelis de zombis no dan para más y por eso nunca defraudan)
Sin embargo, "Zombis Nazis" resultó ser un truño infumable del 20. Y eso, en una película de zombis, significa ser mala, mala de cojones.
Después de saborear las logradas frikadas de "Zombieland" y "Amanecer de los muertos", en verdad muy buenas dentro del cutre-género de los zombis, "Zombis Nazis" resulta indigerible, plasta, aburrida y, lo más grave, más sosa que un arroz sin sal, que diría mi abuela.

Te quiero, Philip Morris: o también la justa venganza de mi mujer por convencerle de ver "Zombis Nazis".
En esta ocasión fue ella, mi mujer, quien argumentó que con el Jim Carrey de por medio al menos nos reiríamos un rato.
¡JA! (ya es más de lo que me reí viendo el último truñaco del Carrey)
¡Qué película más mala, mala, mala, aburrida, aburrida y lenta, lenta, agónicamente lenta!
¿Qué coño hacía el entrañable y gruñón Grinch interpretando un papel tan falso, histriónico y sin carisma?, pero, peor aún, ¿qué hacía Ewan McGregor reconvertido de jedi en gay? ¿quizás fue finalmente abducido por las fálicas fuerzas de tanta espada láser?
De verdad, me tragué toda la película mendigando una sonrisilla, una leve mueca en mi rostro que indicara la presencia de alguna gracia u ocurrencia en tan penoso y aburrido guión.

Chuka: cualquier tiempo pasado...
Por fin triunfé con un clásico, una pequeña joya del western poco reconocida pero llena de vida, con personajes que sentían y se hacían sentir, con un guión inteligente y buenos actores.
Sí, los decorados de cartón piedra de la película cantaban más que un coro de almejas, pero la historia enganchaba, sus atormentados personajes eran creíbles y cada uno de ellos guardaba un oscuro pasado, al cabo el culpable de haberles recluído en un pequeño fuerte fronterizo, olvidado de la mano de Dios.
Oficiales y soldadesca eran individuos, cuanto menos, de más que dudosa catadura moral: borrachos, traidores, mujeriegos, cobardes, chusma alejada sin honores del ejército para servir en una pequeña e insignificante guarnición.
A ese fuerte llegará una diligencia con un pistolero (Rod Taylor) y un par de hembras jugosonas (ñam) para acabar de complicar un poquitín tan variopinto grupúsculo humano.
Las circunstancias, en forma de inminente ataque arapahoe, exigirán de todos ellos que den lo mejor de sí mismos, que se superen, que aunen esfuerzos y descubran quiénes son. De hecho, el fuerte asediado me pareció el análogo a la diligencia fordiana, es decir, un lugar de encuentro donde un grupo heterogéneo de individuos deberían interactuar.
El épico final, a lo griego, es excelente a pesar de los pobres decorados y de la ausencia de casquería sanguinolenta gratuita. Muere hasta el apuntador.
¡Muy buena película!, de verdad de la buena.

Saludos.

PD: la jugosona foto de la cabecera del post, Rod Taylor abrazando a la sexy Luciana Paluzzi (pincha aquí, bribón), no apareció en toda la película. ¿Censura, quizás?
La última moda de "fusionar" géneros (zombis y nazis), western con vampiros (la última entrega de abierto al amanecer) western con aliens (Alien attack) me ha recordado a un bonito y ecléctico tema muscial de Muse: Knights Of Cydonia